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Las vacunas son, sin duda, uno de los principales avances de la medicina porque han permitido salvar millones de vidas y conseguir que enfermedades que en su momento tuvieron consecuencias tan graves, como la viruela, la poliomielitis o el sarampión, hayan sido erradicadas en el caso de la primera (desde 1979), o tengan una mínima incidencia y sus repuntes se deban, precisamente, a la disminución de las tasas de vacunación.

En otros casos, como en el de COVID-19, toda la comunidad científica se movilizó para disponer de una vacuna en tiempo récord. Sin embargo, no disponemos de vacunas para todas las enfermedades infecciosas y virus emergentes que nos acechan y que podrían provocar una nueva pandemia.

Enfermedades infecciosas para las que aún no tenemos vacuna

Hay muchas enfermedades víricas para las que aún no hay vacuna, “sobre todo enfermedades emergentes que ocurren principalmente en países tropicales” explica a Webconsultas la Dra. Milagros García López Hortelano, Coordinadora de Enfermedades Tropicales Pediátricas y Vacunación Internacional Infantil del Servicio de Pediatría, Enfermedades Infecciosas, Tropicales, Adopción Internacional y Niño viajero del Hospital Universitario infantil La Paz – H Carlos III, de Madrid, que es Centro de Referencia de Enfermedades Importadas Adultos y Niños (CSUR). Las más destacables son:

  • Fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Causada por un virus (Nairovirus) que se transmite a través de las picaduras de algunas garrapatas, provoca graves brotes de fiebre hemorrágica viral, con una tasa de letalidad del 10%-40%. Se han dado casos incluso en España. Las altas temperaturas asociadas al cambio climático pueden favorecer su expansión.
  • Ébola. Para esta grave enfermedad que tiene una elevada tasa de mortalidad hay vacunas en fase experimental, y la Comisión Europea ha aprobado la comercialización de Ervebo (VSV-ZEBOV), indicada para proteger a personas en riesgo de contagiarse con el virus Ébola Zaire, aunque todavía se desconoce cuánto dura esta protección.
  • Enfermedad por el virus de Marburgo. Esta enfermedad vírica es grave y puede acabar con la vida del paciente, ya que, según la OMS, su tasa de mortalidad puede llegar al 88% si no se detecta y trata a tiempo. Un tipo de murciélago transmite la infección al ser humano, pero también se puede contagiar entre personas o al entrar en contacto con objetos o superficies contaminadas. Los primeros brotes se detectaron en 1967 en Marburgo y Frankfurt (Alemania) y en Belgrado (Serbia).
  • Fiebre de Lassa. Las personas la pueden contraer al entrar en contacto con heces de roedores, pero también se transmite entre seres humanos. Es un virus endémico de África Occidental, pero los expertos alertan de su posible expansión por la presencia de factores que la favorecen.
  • Síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y síndrome respiratorio agudo severo (SARS): en ambos casos, estos antecesores del SARS-CoV-2 se deben a la infección por coronavirus que desencadenan graves infecciones respiratorias.
  • Enfermedad por el virus Nipah. Recientemente se han detectado infecciones por este patógeno en India, en la región de Keral, un hecho que ha preocupado a la OMS porque su tasa de mortalidad es muy elevada (entre el 40 y el 75%).
  • Fiebre del Valle del Rift: esta enfermedad zoonótica la transmiten los mosquitos y provoca síntomas similares a los de la gripe, aunque puede desencadenar complicaciones graves en algunos pacientes.
  • Zika: aunque esta infección transmitida por mosquitos no sea especialmente grave, cuando lo contrae una mujer embarazada este virus está relacionado con la microcefalia en los bebés.
  • Chikungunya: de nuevo son los mosquitos los vectores que propagan esta enfermedad, cuyos principales síntomas son fiebre alta y dolores articulares, musculares y de cabeza. Su origen está en el continente africano, pero ya se ha extendido a todo el mundo.
  • Gripe aviar: Ignacio López-Goñi, catedrático de microbiología, profesor en la Universidad de Navarra y autor del blog microBio, nos advierte sobre la amenaza que supone la gripe procedente del mundo animal: “sobre todo gripe aviar y gripe porcina; ahora se está produciendo lo que podemos denominar una pandemia de gripe aviar en aves, que afortunadamente no se transmite a los humanos, pero sigue preocupando que la gripe sea la próxima pandemia”.
  • Hepatitis E: la OMS estima que cada año se producen 20 millones de nuevos casos de infección por el virus VHE, que se transmite por vía fecal-oral, sobre todo por agua contaminada, por lo que las medidas higiénico-sanitarias son clave en su prevención.
  • Herpesvirus: infecciones víricas causadas por los diferentes miembros de la familia de los herpesvirus, tales como el herpes simple 1 y 2, el citomegalovirus (CMV) y el virus de Epstein-Barr también carecen de una vacuna protectora, señala Jordi Reina, virólogo del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Son Espases y Profesor de Virología de la Facultad de Medicina de la Universitat de les Illes Balears. Vocal de “Asesoramiento metodológico en investigación en vacunas” de la Asociación Española de Vacunología. El experto de la AEV indica que “la excepción la constituye el virus de la varicela-zóster con vacunas tanto para la primoinfección como para la reactivación (zóster), y que están en estudio varias vacunas frente al CMV con el objetivo de proteger al recién nacido, ya que este virus es el principal causante de infecciones congénitas humanas. Al ser virus muy prevalentes y de adquisición en etapas muy tempranas de la vida, la estrategia vacunal se centraría en la embarazada”.

La Dra. Milagros García destaca que entre estas enfermedades infecciosas, las que afectan especialmente a los niños son “el zika, el chikungunya, la fiebre hemorrágica Crimea-Congo, la fiebre Lassa, la enfermedad por virus Marburgo o la hepatitis E”, y que en nuestro medio también existen muchas enfermedades víricas que afectan principalmente a los niños y para las que no existen vacunas, como:

  • Infección por citomegalovirus, que es más peligrosa si se contrae durante el embarazo y se transmite al feto porque le puede dejar graves secuelas.
  • Virus Epstein-Barr (VEB), responsable de la mononucleosis infecciosa o enfermedad del beso, aunque ya hay una vacuna en fase experimental que podría proteger contra este virus.
  • Virus de la hepatitis C.

Hasta hace poco tampoco se disponía de vacuna para combatir la infección por virus respiratorio sincitial (VRS), que produce bronquiolitis muy grave en lactantes pequeños. Este año, sin embargo, en España se va a inmunizar a los bebés menores de seis meses con la vacuna Beyfortus desarrollada por Sanofi y AstraZeneca para prevenir la enfermedad grave del tracto respiratorio inferior (pulmones) causada por el VRS.

En opinión de Ignacio López-Goñi, catedrático de microbiología, profesor en la Universidad de Navarra y autor del blog microBio, “si nos centramos en los virus, los grandes retos para los que no se dispone de vacuna, son el VIH, los herpes –de los que hay muchos tipos–, y todos aquellos que nos producen fiebres hemorrágicas que están transmitidos por insectos, y que son prioridades para la OMS, como el Crimea-Congo, que se transmite por garrapatas y del que está habiendo casos incluso en España; el virus Lassa, o el virus del valle del Rift, que no están muy extendidos, pero son muy peligrosos”.

“El otro gran reto –añade– lo constituyen las bacterias resistentes a los antibióticos; y otra estrategia sería luchar contra esta amenaza a través de la vacunación, es decir, desarrollar vacunas específicas contra aquellas bacterias que se están haciendo resistentes a los antibióticos. Hay muchas: enterobacterias, Neisseria gonorrhoeae o gonococo, que provoca la gonorrea, y otras que están siendo un problema”.

FUENTE:

www.webconsultas.com