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Desde la aplicación del big data, hasta la creación de nuevos artilugios y softwares basados en Inteligencia Artificial, las nuevas tecnologías han comportado un salto cualitativo en la forma de hacer ciencia y medicina, con los consiguientes beneficios, tanto para profesionales sanitarios, como para los propios usuarios de la sanidad.

Apps móviles

La proliferación de aplicaciones móviles en el ámbito de la salud ha comportado la aparición de un nuevo término como es la "mHealth". Según la Organización Mundial de la Salud OMS la mHealth se define como la práctica de la medicina y la salud pública soportada por dispositivos móviles como teléfonos, dispositivos de monitorización de pacientes, asistentes digitales y otros dispositivos inalámbricos. De este modo, encontramos numerosas apps cuyas funciones pueden ir desde establecer un plan de dieta semanal para bajar peso, hasta controlar el seguimiento de pacientes con enfermedades como la diabetes o la epilepsia.

Cloud computing

El cloud computing también denominado como "computación en la nube" o "servicios en la nube"- es una innovadora tecnología que ofrece la posibilidad de disponer de todos los archivos e información que deseemos en Internet, sin tener que preocuparnos por si poseemos espacio suficiente en nuestro dispositivo para almacenar toda esa información. Aplicada al ámbito sanitario esta tecnología permite agilizar el acceso a los datos clínicos e información relevante del paciente; mejorar la comunicación entre los centros de salud, hospitales y clínicas; detectar cuáles son las nuevas necesidades de los pacientes; mejorar la toma de decisiones clínicas; y ahorrar los costes destinados a la compra de dispositivos de última tecnología ya que las actualizaciones del software utilizado y el mantenimiento del hardware corren a cargo del proveedor.

IoMT

El Internet of Medical Things (IoMT) hace referencia a un sistema de máquinas y objetos equipados con tecnologías capaces de recopilar datos y de comunicarse entre sí. Tiene distintas aplicaciones y su uso abarca desde la telemedicina, hasta el desarrollo de wearables.

Una de sus principales funcionalidades es el desarrollo de dispositivos de monitorización para personas con patologías crónicas, recopilando información relevante y procesando los datos para que el profesional pueda tener un mejor conocimiento sobre la situación en la que se encuentra el paciente.

En definitiva, el objetivo del IoMT es ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes, a la vez que se optimiza los recursos y servicios sanitarios. Una nueva forma de gestionar la salud que está consiguiendo mejorar la atención y la experiencia del paciente.

Robots

La pandemia del covid-19 también ha empujado en favor de la robótica. El despegue de la industria electrónica en esta crisis, ha posibilitado un incremento en la demanda de máquinas inteligentes, como se destaca en el informe de la Fundación Telefónica, Sociedad Digital en España 2020-2021.

El número de robots en el campo de la medicina crecerá de 12.000 en 2020 a 26.000 en 2023.

A todo ello, hay que unir el aumento de demanda en productos relacionados con la salud. En este apartado no hay que olvidar el uso de robots en apoyo a la lucha contra la pandemia, en especial, en tareas de desinfección en hospitales o en centros públicos, evitando así exposiciones al virus por parte de los operarios, pero también en su logística como llevando la comida o medicamentos a pacientes infectados, extrayendo sangre o monitorizando las constantes de los pacientes.

La Federación Internacional de Robótica (IFR) considera que el número de robots en el mundo en el campo de la medicina crecerá de 12.000 en 2020 a 26.000 en 2023. Unas estimaciones que se pueden superar tras demostrarse la utilidad de las máquinas autónomas en los entornos hospitalarios durante la crisis sanitaria.

Telemedicina

El salto que ha dado la atención médica virtual durante la pandemia ya no volverá atrás. Para evitar posibles contagios, un año después de la primera ola del coronavirus, la atención médica primaria no ha vuelto a la normalidad y muchos centros de salud realizan la primera consulta de forma virtual o telefónica. En este contexto, también cabe destacar que el confinamiento ha dado lugar a un incremento de problemas de salud mental como la ansiedad, la depresión o el insomnio. En la mayoría de casos, el apoyo para la salud mental será de forma virtual.

Realidad aumentada

Aunque la mayoría piensa que su uso está más asociado a sectores como, por ejemplo, los videojuegos la realidad aumentada también se está utilizando en la formación de los profesionales médicos. Gracias a esta tecnología, por ejemplo, se toman datos de una resonancia magnética y se transforman en imágenes en 3D que los estudiantes utilizan para estudiar y ver cómo interactúan los órganos del paciente como si fueran objetos reales.

Big data

El big data ha marcado un antes y un después en todo el mundo y en todos los sectores, también en el sanitario y hospitalario. Gracias al big data los hospitales y centros de salud han mejorado y modernizado su gestión clínica, logrando así ofrecer una atención al paciente mucho más eficaz y agilizando los tiempos a la hora de realizar diagnósticos. Y es que, gracias al big data es posible: Mejorar la comunicación entre los diferentes departamentos o centros médicos; facilitar y mejorar la toma de decisiones; ahorrar el coste en la compra de nuevos dispositivos; agilizar y hacer más accesible el acceso al historial clínico del paciente; y detectar nuevas necesidades y prioridades en la atención médica.

Impresión en 3D

Hoy en día la impresión 3D también tiene aplicación en el mundo de la salud. Por ejemplo, se utiliza para crear medicamentos personalizados para cada paciente en función de su edad, género, etc. Pero también para crear prótesis para, por ejemplo, personas a las que les falta alguna pierna o brazo.

FUENTE:

www.eleconomista.es/p>